Con el plan de Armengol, Quimi Portet habría logrado el despido fulminante del camarero de Baleària
El nuevo plan quinquenal aprobado por el Consejo Social de la Lengua Catalana dependiente del Gobierno de Baleares obligará a las empresas a contratar a trabajadores que hablen catalán. Concretamente, esta disposición será aplicable a restaurantes, tiendas de venta al público, peluquerías, bancos o clínicas. Con esta normativa en vigor, el músico Quimi Portet no sólo habría tenido una pataleta por Twitter contra el camarero que no sabía catalán en el ferry que lo levaba de Formentera a Ibiza el pasado domingo 3 de julio, sino que podría exigir, con la ley en la mano, el despido del empleado de hostelería de Baleària.
Ésta será una de las consecuencias directas y más sangrantes de la nueva normativa pancatalanista que impulsa el Gobierno de la socialista Francina Armengol en las Islas Baleares.
El Consejo Social, presidido por ella misma, aprobó el pasado jueves el Plan de Política Lingüística 2016-2021 que impulsa 136 medidas coercitivas para las empresas y los propios ciudadanos con el objetivo de imponer el catalán en la vida social de los habitantes de las Islas Baleares.
Según este plan, todos los locales de hostelería, comercios de venta al público, peluquerías, sucursales bancarias o clínicas deberán rotular en catalán sus establecimientos y contratar personal que atienda en catalán a los consumidores, bajo amenaza de sanción.
Así, después de imponer el conocimiento de la lengua catalana como requisito para aspirar a un puesto en la Función pública autonómica, el siguiente paso es cercenar la libertad de empresa, como ya se hizo en Cataluña años atrás.
Como se recordará, el músico Quimi Portet, que triunfó en la España de los años 80 y 90 junto a Manolo García con grupos como Los Burros, Los Rápidos y El Último de la Fila que cantaban en español sus canciones, protagonizó una ‘cruzada’ privada en Twitter por el despido de un camarero que no sabía catalán.
Portet regresaba a Ibiza después de pasar unos días de descanso en la mediterránea isla de Formentera a bordo de una barco de la naviera Baleària. A bordo de la embarcación, Portet le pidió a un camarero un «café amb llet». Pero el camarero le hizo sabe que él no sabía hablar ni entendía el “catalán o mallorquí”.
En un ataque de catalanismo –el mismo que acabó rompiendo su exitoso dúo con García, según este mismo desveló años más tarde–, Portet fotografió al camarero, violando sus derechos de imagen, y se la envió una solicitud a Baleària por medio de la red social Twitter. Buscando, consciente o inconscientemente, el despido del camarero por no saber catalán.
Ante este tuit, la cuenta oficial de Baleària, cuya dirección de comunicación la lleva la independentista Pilar Boix, respondió asegurando que tomarían «las medidas oportunas» porque «no se admite ese trato a ningún cliente». Todo después de pedirle a Portet que disculpara «las molestias» que le hubiera producido tener que hablar en una de las lenguas oficiales de su país.
#quimiportet disculpa les molèsties. Dsd Balearia no admetem aquest tracte a cap client. Es prendran les mesures oportunes
— Baleària (@Balearia) 3 de julio de 2016
Ahora, cuando se implante este plan quinquenal totalitario de imposición lingüística en la vida privada de las personas y las empresas en Baleares, «las medidas oportunas» podrán estar amparadas por la ley. Y Quimi Portet podrá hablar catalán siempre que quiera, bajo amenaza de despido a quien no lo entienda.